Las restricciones geográficas son una forma de gestión de derechos digitales que limitan la disponibilidad de contenido a ciertos países y regiones. Esto se hace detectando la dirección IP de un individuo y permitiéndole o prohibiéndole el acceso a ciertos sitios web, servicios de transmisión o descargas según su ubicación. Los proveedores de contenido como Netflix, Amazon, HBO y Hulu utilizan la restricción geográfica como una forma de controlar la publicación de contenido en diferentes mercados para poder mantener regulaciones de derechos de autor precisas.
Además de controlar las regulaciones de derechos de autor, la restricción geográfica también sirve para otros propósitos, como evitar que los competidores obtengan acceso a material protegido o proteger datos confidenciales para que no se compartan públicamente. Por ejemplo, las empresas pueden limitar el acceso a documentos confidenciales para proteger la reputación de la marca o evitar el robo de propiedad intelectual.
La conclusión es que el bloqueo geográfico tiene muchos propósitos prácticos para las empresas que necesitan cierto nivel de control sobre sus activos digitales. Al restringir lo que los usuarios pueden ver según su ubicación geográfica, estas empresas pueden garantizar que su valioso contenido permanezca a salvo del uso indebido y, al mismo tiempo, brindar a los clientes una experiencia de visualización agradable.